Es extraño. Uno no deja de acostumbrarse al cambio. La isla adormece en invierno para desperezarse con la primavera. Sol y los primeros vientos de embats mecen la isla que recobra el pulso. Terrazas y chiringuitos de playa, qué mejor para dar la bienvenida a la primavera llena de nuevos aromas. El Puro Beach, abrió la semana pasada. Sin duda, un lugar genal para desayunar o tomar un brunch
en la piscina junto al mar. O bien, para disfrutar de la puesta de sol.
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Terraza del Puro Beah al atardecer |
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Vista panorámica del Puro Beah |
Con la noche llega el ajetreo. El casco antiguo es un bullicio constante. Sobre todo los martes, la llamada ruta martiana sigue cosechando un gran éxito. No hay que perderse la experiencia. Una cerveza y un pincho a precio de ganga. Y de bar en bar!. Aunque dicen ahora que los miércoles son aún mejores. El turismo no sólo se hace de dia. Bienvenidos!!!